TIPOS DE ESCALADA Y SUS MODALIDADES

1. Vía Ferrata - ¿Qué es una vía ferrata?

Las vías ferratas son rutas de montaña equipadas con escaleras fijas, cables de acero, anclajes o puentes colgantes que dan acceso a escaladores y senderistas. Algunas de las mejores vías ferratas del mundo se encuentran en Tirol del Sur, Alto Adigio y Véneto, en Italia.
Para recorrerlas es fundamental estar en buena forma, pero no es necesaria mucha experiencia en la gestión de cuerdas ni en la colocación de protección móvil, como fisureros de clavos o levas, cintas o amarres. No obstante, aunque no encierren los riesgos asociados al campo a través y la escalada sin protección, los recorridos de algunas ferratas llegan a la cima de altas montañas, y la experiencia es esencial. La primera vía ferrata de Cortina d’Ampezzo, Ra Šàra del Minighèl (en ladino, la escalera de Minighel), es una de las más antiguas de los Dolomitas. Construida en 1907, obra de un herrero local, asciende ochenta metros por una roca descubierta en Majarié (el Souto del Majarié) en la zona del Val Travenanzes. Esta área fue también escenario de algunas de las batallas más intensas de la Primera Guerra Mundial, cuando se descubrió la utilidad de las vías ferratas para moverse y enviar tropas por la frontera italo austriaca. Todavía existen numerosas ruinas, trincheras, cuevas y túneles excavados por los soldados.

2. ¿Qué es la escalada deportiva?

Muchas personas consideran la escalada deportiva como una disciplina independiente, aunque, en realidad, no es más una de las modalidades de tipo de escalada que son el punto de partida. Las instalaciones de interiores ofrecen un entorno cómodo para practicar, pero, a fin de cuentas, la escalada es un deporte al aire libre. Ahí entran en escena otros factores: la gestión de la cuerda, las condiciones meteorológicas, la ética, la naturaleza de la propia roca y el entorno natural.
Por lo general, la mayoría de escaladas deportivas al aire libre son guiadas. El escalador que va de primero coloca cintas exprés (dos mosquetones básicos conectados por una cincha) en tacos pre colocados de la ruta, engancha la cuerda a medida que ascienden y prepara una reunión en lo más alto. En algunos riscos al aire libre, también es posible caminar o escalar hasta lo más alto de este anclaje fijo, colocar la cuerda y después recorrer la ruta de segundo. Te recomendamos que también aprendas a desmontar la reunión de forma segura. Escalar de segundo es una buena forma de escalar en bloques por secuencias o de hacer rondas para mejorar nuestra resistencia. La escalada deportiva se basa principalmente en movimientos de alta intensidad y hace hincapié en el aspecto físico o la dificultad de la escalada, más que en el destino o la cumbre. La escalada deportiva puede ser de un solo largo, asegurado desde el suelo o de varios largos.

3. ¿Qué es la escalada clásica?

La escalada clásica es sinónimo de aventura y exploración. Supone escalar al aire libre con equipamiento desmontable que evita caídas. El último integrante del grupo limpia la ruta, y va retirando la protección a medida que se asciende. A medida que colocas tu propio material (cintas, fisureros y levas), el desafío mental, la autosuficiencia y la responsabilidad cobran importancia. La escalada tradicional requiere ciertos conocimientos técnicos sobre la colocación del equipamiento, los anclajes y la gestión de la cuerda. Por otro lado, al no haber tacos y llevarte el equipamiento, escalas sin dejar rastro, sobre todo si procuras utilizar el mínimo magnesio posible.

Escalada deportiva frente a escalada clásica

En muchos sentidos, la escalada deportiva es más accesible que la clásica, tanto desde el punto de vista del equipamiento como de las competencias necesarias. Los escaladores deportivos no necesitan cargar con su propio equipamiento ni colocarlo, solo engancharse a los tacos. Esto permite al primero avanzar hacia arriba sin la dificultad de transportar toda la protección y de mirar dónde colocar el equipamiento, como se hace en la escalada clásica. Las habilidades que se aprenden en la pared, pueden transferirse fácilmente a la escalada deportiva, a menudo en riscos cercanos y accesibles. En esta modalidad, es habitual escalar hasta tu límite y dejarte caer, incluso varias veces, mientras intentas preparar una secuencia. Esto es muy diferente en la escalada clásica, donde normalmente tratas de tener más cuidado para evitar caer en un anclaje.

5. ¿Qué es la escalada en hielo?

Heladas, escarcha y cascadas congeladas. La escalada en hielo es uno de los tipos de escalada más intensas. Los Dolomitas son conocidos por la escalada veraniega, pero la invernal es igual de impresionante. Hay incontables cascadas de hielo, de todos los tamaños y clases, situadas en uno de los escenarios más bonitos e impresionantes de Europa, como Val Gardena y Val di Fassa.

Consejos para la escalada en hielo:

• Ir de primero en una escalada en hielo no es lo mismo que hacerlo en la deportiva. Una caída puede convertirse rápidamente en una lesión grave. Es necesario tener la mentalidad y la concentración adecuadas.
• El «terreno fácil en escalada en hielo» no existe. Independientemente de que el hielo sea escarpado o tenga una pendiente de poco ángulo, el peligro de caídas es más o menos el mismo. Dicho esto, caerás en algún momento. Asegúrate de que llevas el equipamiento adecuado. También puedes practicar caídas desde lo alto de una cuerda.
• No te olvides de respirar. Encuentra tu forma de mantener la relajación para poder escalar de forma más eficiente y utilizar mejor tus reservas. Por ejemplo, destensando el agarre de tus herramientas.
• Averigua la ruta con antelación, decide tus tácticas, por ejemplo, dónde está el crux, dónde puedes descansar, dónde puedes colocar equipamiento. Consulta los manuales y habla con las personas de la zona sobre las condiciones.
• Todas las condiciones son importantes. Los grandes cambios de temperatura, incluidos los descensos bruscos, pueden hacer que las cascadas de hielo sean frágiles y poco estables. Es preferible el enfriamiento lento, distribuido a lo largo de varios días, así como los periodos fríos estables. No obstante, esta es solo la teoría. Lo que necesitas es experiencia, que se consigue con la práctica.
• Frena un poco. La velocidad no es buena compañera. Coloca los pies. Mantén la estabilidad y la sujeción. La escalada en hielo se basa en el control, no en luchar contra el cansancio. Comprueba la seguridad total en la colocación de todos los materiales. Muévete con firmeza, y con buena técnica.
• No te pases de optimista. Una autoevaluación precisa te llevará lejos y te mantendrá a salvo.
• Bajar escalando es mejor que caerse. Si estás cansado, siempre puedes enganchar una cinta al equipo o tornillo para descansar. O aun mejor, descender hasta una cornisa o algún lugar en el que podáis parar, reorganizaros y reagruparos. Seguir adelante y esperar a que todo mejore no suele ser muy buena idea.
• Ten respeto. La escalada en hielo debería ser una experiencia segura y agradable para todo el mundo. Que se caiga hielo de otros escaladores es muy normal en esta modalidad; si te golpea, puede que te tire o que sufras daños graves. Mantén la distancia con otros escaladores.
• Encuentra a una persona de la que puedas aprender: un mentor o instructor. Ve de segundo, haz rondas y desarrolla tus capacidades y tu experiencia.
• Aprende a mantener el calor con capas de invierno, pero evita el sobrecalentamiento.
• El miedo no es bueno. La diversión sí. La seguridad es lo primero. Si tienes miedo, es probable que la ruta esté por encima de tus posibilidades.

Y ahora que sabes los tipos de escalada que existen, ¡no te vayas sin descubrir el tipo de equipo de escalada que necesitas para todas tus aventuras!

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4. ¿Qué es la escalada alpina?

Si nos vamos a otro tipo de escalada según el terreno, igual que el montañismo, la escalada alpina puede ser muy exigente, tanto a nivel físico como mental. Se pasan muchas horas subiendo y bajando por una montaña en condiciones difíciles, y escalando con equipo. Se necesita un alto grado de habilidades técnicas, equipamiento adecuado, así como como la gestión de cuerda y conocimientos de rescate. Pero la realización que se siente al terminar una ruta hace que todas esas dificultades merezcan la pena.
Pasar de hacer unos riscos el fin de semana a completar largas rutas de montaña es un gran paso adelante, incluso para escaladores fuertes y competentes. La clave está en ganar experiencia, utilizar el sentido común y confiar en tu instinto. Es fundamental ir ligero de peso, moverse rápido y no perder de vista a tus compañeros. No tengas miedo de ponerte equipamiento para recorrer una sección difícil. Hay veces que tendrás que olvidarte de tu ética de escalada libre para llegar arriba antes de que anochezca o las condiciones empeoren. Nunca pierdas la humildad ni la prudencia, escala siempre dentro de tus posibilidades, y aprende a retirarte con elegancia. Para abandonar una ruta a tiempo, hacen falta conocimientos y sentido común, incluso si eso supone dejar equipamiento atrás. ¡Y no te olvides del casco ni del frontal!