NORTH6

SIMON GIETL Y ROGER SCHÄLI FRENTE A SEIS CARAS NORTE

«En la montaña, surgen relaciones muy especiales, profundas e intensas. Exagerando un poco, la unión con un compañero de cordada es semejante a la del cordón umbilical». Así describe Roger Schäli las amistades que pueden fraguarse en el alpinismo. Simon Gietl y él están unidos por una de esas amistades; a lo largo de los años, ambos se han enfrentado juntos a exigentes rutas de montaña en los Alpes y a expediciones en todo el mundo. También han compartido momentos bonitos y experiencias dolorosas. Cuando Roger recurrió a Simon en 2018 con su idea del NORTH6, acababa de terminar su proyecto NORTH3 y, de primeras, no mostró especial entusiasmo. Según cuenta: «La idea de Roger era recorrer de una sola vez las seis grandes caras de los Alpes que él había escalado hacía diez años a lo largo del invierno; pero esta vez quería hacerlo en el menor tiempo posible y "como debe ser". —Sonriendo, añade:— En ese momento yo estaba harto de montar en bici y, al principio, no encontraba nada positivo en ese plan». A pesar de esto, ambos mantuvieron esta idea del NORTH6 en mente, para llevarla finalmente a cabo en septiembre de 2021.

UN COMIENZO ESPECIAL: LA CIMA GRANDE

En contra del plan inicial, que preveía empezar en Francia, debido al mal pronóstico meteorológico, los dos alpinistas y su equipo decidieron establecer la Cima Grande (2.999 m) como punto de partida. Un lugar muy especial para Roger y Simon, y quizá precisamente por eso un punto de inicio ideal. Fue allí donde, en 2012, consiguieron cruzar por primera vez las Tres Cimas en invierno. Los compenetrados compañeros de cordada llegaron a la cumbre de la cara norte más pequeña de las seis por la ruta Comici y, tras el descenso, avanzaron con dos intensas etapas sobre el sillín. Un total de 334 kilómetros y 3.720 metros de altura después, se encontraban en la segunda fase del NORTH6, el Piz Badile.

MOMENTOS EMOCIONANTES: EL PIZ BADILE

Por la mañana temprano, el equipo del NORTH6 salió del refugio Capanna Sasc Furä. Los alpinistas, al mando de Roger, solo necesitaron tres horas para escalar hasta la cima por la ruta Cassin. Tras una breve pausa para coger aire, siguieron por la cresta norte del Piz Badile hasta volver a los pies de esta cara. El tiempo y las buenas condiciones en general hicieron posible el descenso en parapente. Un Simon claramente contento habla así de la segunda etapa: «Casi no me lo puedo ni creer. La segunda cara norte la hicimos de maravilla. Y al final de la cresta norte incluso pudimos volar, ¡fue una pasada!». Tras una breve pausa, el equipo se abrió camino con las bicicletas por el puerto del Spluga hacia la tercera cara norte.

EL TIEMPO SIGUE ACOMPAÑANDO: EL EIGER

Al llegar a la comuna suiza de Grindelwald, solo un par de nubes adornaban el resplandeciente cielo otoñal. De ahí en adelante, los ánimos están bien altos a medida que Simon y Roger se abren paso por la Kleine Scheidegg, desde donde escalan el primer largo esa misma noche por el Eiger para hacer vivac. A las cinco de la mañana, a la luz de los frontales y bajo la dirección de Simon, avanzan por la ruta Chant du Cygne hasta la cima del Eiger (3.967 m), a la que llegan hacia las 14:00 por la cresta oeste. Una preciosa foto en la cumbre, para descender de nuevo por el flanco oeste en dirección al valle. En la «seta», Lucien Caviezel, el experto en parapente del equipo, tras comprobar el tiempo, les da luz verde para hacer el resto del trayecto volando.

CANSADOS PERO CONTENTOS: EL CERVINO

Ahora, toca de nuevo pedalear con fuerza: el equipo se pone en marcha hacia Zermatt, donde escalarán la cuarta cara norte. Después de recorrer unos 183 kilómetros y más de 3.000 metros de altura, Roger y Simon se encuentran a los pies del Cervino (4.478 m), donde una nefasta previsión meteorológica de lluvia y nieve obliga al equipo del NORTH6 a tomarse un día de descanso. Pero ni la niebla ni la lluvia hacen mella en su buen humor y, al día siguiente, ambos amigos llegan por la tarde-noche al refugio Hörnli. A las seis de la mañana se ponen en marcha. En la ruta Schmid, por la que Simon y Roger van de primeros de forma alterna, había bastante nieve fresca, por lo que el ascenso a la cumbre terminó siendo más complicado de lo previsto. A las seis de la tarde, los dos sonreían a la cámara desde la cima, y emprendían el camino de vuelta por la arista Hörnli; un camino eterno, debido al mal tiempo. No llegaron al camping del campamento base en Täsch hasta las dos de la mañana, cansados y hambrientos, pero muy contentos.

BONJOUR DESDE CHAMONIX: LA PETIT DRU

Al día siguiente, Roger, Simon y su equipo cogen sus bicicletas de carretera, rumbo a Francia, donde Chamonix les espera entre la lluvia, con nieve desde los 2.000 metros. Pero dos días después les acompaña el buen tiempo, y los dos atletas saben aprovecharlo. Por la mañana temprano suben el couloir norte, para alcanzar la cima de la Petit Dru (3.733 m) 17 horas más tarde. Roger describe este ascenso con un mensaje de audio, que grabó después de rapelar por la cara sur y llegar al refugio de la Charpoua, a la 1:30 de la mañana: «Los primeros largos han sido realmente difíciles. Por suerte, Simon estaba muy motivado con la oscuridad de la noche y la nieve, a pesar del spindrift ya desde el principio. Hemos tenido que parar varias veces y esperar unos minutos para que la nieve pudiera caer rápidamente. Las condiciones en la Dru han sido duras y muy invernales. No obstante, el hielo estaba bien, y el rápel por la pared sur también hemos podido hacerlo sin problemas».

Para el NORTH6, Simon y Roger han superado casi 31.000 metros de desnivel en ascenso, algo más de 29.000 en descenso, con el parapente, a pie o haciendo rápel, y unos 1.000 km en bicicleta de carreras. Para Roger Schäli, NORTH6 ha pasado a ser una de sus experiencias en la montaña más bonitas: «Es raro poder compartir un triunfo de este tipo con tantos buenos amigos. Esa energía positiva fue realmente única, y se sentía en todo momento». En retrospectiva, Simon Gietl también describió el proyecto como «una nueva dimensión de experiencias, sensaciones y aventuras». Recalcó: «Para mí es un honor haber podido formar un equipo con Roger para hacer realidad sueños de ambos».

UN ÚLTIMO DESAFÍO: LAS GRANDES JORASSES

Tras una noche no muy larga, empieza la última etapa. El día parece sonreír a los dos alpinistas, el sol brilla, la sensación térmica es buena, y Simon y Roger deciden hacer el trayecto desde el refugio de la Charpoua a 2.841 m hasta Mer de Glace en parapente. Mientras sobrevuelan el paisaje, se alza ante ellos el último desafío: la pared norte prácticamente vertical de los Grandes Jorasses (4.208 m) en el macizo del Mont-Blanc. Aterrizan y ascienden al refugio de Leschaux, donde preparan lo necesario para su ruta hasta la cima del día siguiente. Por la ruta Direktes Leichentuch, que resulta especialmente exigente, sobre todo en los primeros largos, superan unos 1.100 metros de desnivel, para, por fin, llegar exultantes hacia las tres de la tarde a la última cima.