MENOS ES MÁS

Cuatro palmadas
Cuatro palmadas en la roca resuenan con fuerza por los Dolomitas de Lienz, en una zona salvaje y relativamente poco concurrida. No son golpes de martillo, sino palmadas; un sonido poco habitual o, al menos, inesperado. No se trata de una motivación antes de un movimiento decisivo, ni de una reacción de enfado tras una caída. Son precisas y metódicas, como un martillazo.
Proceden de la cara sur de Laserz, y su origen puede ser suficiente para que quienes conocen la historia de esta pared, formada por techos apilados uno sobre otro, entiendan su significado.

Hace una década
Retrocedamos una década. En julio de 2012, dos jóvenes inspeccionan la roca caliza gris amarillenta de la cara sur de Laserz. Son David Lama y Peter Ortner. Acaban de volver de su legendario primer ascenso en libre de la vía del Compresor al Cerro Torre, toda una obra maestra del alpinismo. Buscan nuevos desafíos en su tierra, con una idea de la pureza más absoluta: no utilices un taco si no hay necesidad de colocarlo. Abrir una ruta no es una simple cuestión práctica, un camino entre el punto A y el B, es también (y sobre todo) una cuestión de estilo, prueba de tus capacidades y de tus ideales.
Así nació Safety Discussion, una ruta que es todo un viaje, uno de los muchos legados que David Lama ha dejado al alpinismo: diez largos de dificultades continuas y constantes, hasta X-/8b. Protección general de la pared: seis tacos, principalmente en los puntos de anclaje. Y ahí es donde, de pronto, las cuatro palmadas cobran sentido para quienes conocen la historia de esta pared.

Los ganchos de progresión no están hechos para caer
Están hechos para avanzar. En este caso, hay que desplazarse hasta el octavo largo de una prolongada travesía 8a+. No hay nada, salvo un pequeño agujero, uno de esos agujeros que solo encontrarlo es todo un desafío, y ahí es donde se coloca el gancho. Pero no se trata de una protección como tal, es solo un pequeño gancho metálico (o uña), que se utiliza en la preparación del terreno. No tiene resistencia a la caída. Y aun así, en esta ruta, no hay ninguna otra manera de superar este paso duro. Louis coloca su gancho con cuidado, golpea la roca cuatro veces para asegurarse de que está bien colocado, y continúa un largo trecho de diez metros 8a+. Solo apto para espíritus implacables.

Louis Gundolf
Louis rinde al máximo cuando las cosas se ponen difíciles, cuando la escalada es motivadora, física y psicológicamente, cuando llega al nivel más alto; así es él.
Empezó a escalar de pequeño, con su padre, que preparaba rutas para niños en la roca, al lado de casa. Esta pasión, alimentada a lo largo de su infancia, estalló en la adolescencia. Con la misma intensidad y dedicación, Louis empezó a presentarse a competiciones tanto en bloque como al aire libre.
El alpinismo y las competiciones parecían dos mundos diferentes, aunque con puntos en común, independientemente de los tipos de movimientos. Por ejemplo, la presión psicológica: es necesario tener la capacidad para aislarse tanto durante una competición como en una pared rocosa, de desconectar de ciertas ideas y de pensar únicamente en lo que estás haciendo. Ambas actividades, más que de aislarse, requieren la capacidad de concentrarse profundamente hasta el punto en el que la realidad se reduce al aquí y al ahora. Louis tiene una habilidad excepcional para aplicar esta teoría a la escalada. Por eso, está tranquilo en terrenos aparentemente tan diferentes.

Menos es más
Es algo mental, pero también nace del corazón. ¿Cuáles son las posibilidades de caer en un movimiento? ¿Cuál es la probabilidad de que se suelte el gancho? ¿Y cómo me siento al evaluar este riesgo? ¿Cómo me enfrento a esa incertidumbre? ¿Cómo me hace sentir?
En esto consiste la fluidez. No se trata de evadirse, de ignorar el riesgo y centrarse exclusivamente en el movimiento, en el rendimiento. Todo lo contrario: se trata de estar en presencia de sí mismo, de esa parte de ti que vive ese momento. Menos es más, pero en una medida prudente. Supone elegir los pensamientos que nos acompañan en la roca, igual que elegimos qué equipamiento llevar: cuántas levas, de qué tamaño, cuántos fisureros, cuántos ganchos de progresión...
Poca cantidad, pero exactamente lo necesario.

Se trata de pasárselo bien
Louis toma aire y sacude los antebrazos. La pared es saliente y no da tregua: un tipo de terreno que conoce, para el que ha sido específicamente entrenado, incluso gracias a las competiciones. Encuentra el siguiente canto, que aprovecha al máximo, y coloca estratégicamente el dedo del pie en un agujero prácticamente invisible. Un cruce rápido y continúa. Sonríe. Ya ha escalado el paso duro. Pero ahora hay otro, y otro, y otro... Sonríe porque está feliz de estar en su medio, tanto física como mentalmente. Escalar es una actividad extraña en muchos aspectos, especialmente por el placer que pueden provocar el riesgo y el esfuerzo excesivo, que pueden calcularse, preverse y reducirse, pero nunca eliminarse totalmente, al menos en la montaña.

El ascenso en libre
El ascenso en libre llevó dos intentos. En el primero, Louis se cayó en uno de los seguros de David, que se salió. No en vano, pues ahora le sirve de recuerdo y amuleto, colgado en el retrovisor de su coche. Pero el 31 de agosto de 2021, en su segundo intento, Louis se convirtió en la cuarta persona del mundo en escalar Safety Discussion, de la mano de Jonathan Lechner. Estamos hablando de casi una década después de su apertura, lo cual dice mucho tanto de la ruta como de Louis.
Los mejores resultados, los que marcan la diferencia y los que recordamos con mayor satisfacción, son aquellos fruto de un gran esfuerzo, de la determinación y del compromiso. Pero no solo eso, también está la capacidad para estar en silencio, de desconectar y volver a conectar, de estar en la presencia de uno mismo, en el aquí y en el ahora. Saber prepararse la mochila, saber decidir qué llevar y que no, dejar atrás el ruido y las distracciones. Hay rutas así: para un ascenso en libre tienes que liberarte de verdad.